La laguna Willmanco, en Esquel, es de esos sitios que solo conocen los locales. Esas perlas ocultas que mantienen la esencia misma de la Patagonia. Un lugar prístino, al pie del cerro 21, donde la naturaleza moldeó un paisaje de ensueño. Conocé de qué se trata en esta nota de Patagonia Andina.
La bella laguna Willmanco de Esquel
La ciudad de Esquel es una caja de Pandora. Un paraíso natural con un abanico de propuestas para todos los gustos. Una extensa red de senderos conecta las zonas periféricas de la localidad, dibujando una serie de circuitos que atraviesan paisajes únicos y de lo más diversos. En ese marco, a pocos kilómetros del ejido urbano, surge una opción para quienes buscan un lugar distinto: la laguna Willmanco.
Según cuentan los locales, ese particular nombre se debe a que el antiguo dueño de las tierras donde se encuentra actualmente la laguna se llamaba Willi y le faltaba un brazo; en honor a esta persona habría surgido el nombre de este espectacular ojo de agua. En este sector de la Patagonia, la naturaleza, como de costumbre, hizo todo bien. Porque el paisaje es verdaderamente increíble.
Cómo llegar a la laguna Willmanco de Esquel
Para sumarle más datos positivos a este sitio, el acceso es accesible y sencillo. Actualmente, los terrenos donde se encuentra la laguna pertenecen al Ejército Nacional, no obstante, el acceso es libre y gratuito. El ingreso se encuentra a poco más de 5 kilómetros del centro de Esquel. Se ubica en la ruta que va en dirección a La Hoya.
Para llegar a la laguna, se debe dejar el vehículo a la vera de la ruta en una tranquera ubicada a mano derecha, en dirección Esquel – La Hoya. Desde allí, hay que caminar cerca de 2 kilómetros hasta llegar al ojo de agua que se encuentra al pie del cerro 21.
Una laguna de belleza cambiante
Esta laguna es una de las más bellas de la región. Y eso no es poco teniendo en cuenta que el Parque Nacional Los Alerces, con su cegadora belleza, se lleva siempre todas las miradas. Dependiendo de la estación del año, del reflejo de la luz y de la hora del día, la laguna ofrece un espectáculo diferente. Con el imponente cerro 21 que la custodia como una enorme gárgola, este ojo de agua exhibe toda su belleza.
De aguas transparentes, sus colores varían entre tonalidades verdosas y azuladas. La Willmanco es una postal patagónica en su máxima expresión. Dependiendo de las condiciones climáticas, esta laguna suele generar un reflejo que es el deleite de los fotógrafos. Porque no hace más que duplicar naturalmente la espectacular hermosura del cerro 21. Gracias a los juegos de la luz, se fusiona con las aguas espejadas para transformarse en una postal única.
Excelente información! Esquel fue tocada con la varita mágica! Naturaleza increíble y pura energía!
Sin duda, es una de las ciudades más bellas de la Patagonia. Muchas gracias por comunicarte con nosotros, gran abrazo.